viernes, 28 de diciembre de 2007

VIRGINIANO.6

Quiero colaborar con vosotros en defensa de la Obra de Prado Nuevo. Hace más de veinte años que estoy acudiendo al Prado y tengo que manifestar que esta Obra es de Dios. No cabe duda. Nadie puede mover los corazones de la forma que se aprecia en ese lugar, si no es por intervención Divina.
El mundo está lleno de racionalistas. Aquello que no ven y palpan, no existe para ellos. Pero si además les añades interés económico, entonces se vuelven más peligrosos.
Pero esto, que a nosotros los creyentes nos puede parecer incomprensible, es la prolongación de los tiempos terrenos de Jesús. Él decía: “El mundo me odia, porque sus obras son malas”… “Si el mundo me aborrece, también os aborrecerá a vosotros”.
Hermanos, no os extrañéis de lo que está pasando. El maligno no descansa. Si hace unos años fueron otros pretextos para atacar la Obra, ahora está manejando a otras personas que son incapaces de ver la verdad.
Pero, yo les recomiendo a estas pobres personas que repasen lo que dijo Gamaliel al Sanedrín, con motivo de la persecución que emprendió contra los apóstoles: “Dejad a estos hombres, dejadlos; porque, si esto es obra de hombres, se disolverá; pero, si viene de Dios, no podréis disolverlo, y quizá algún día os halléis con que habéis hecho la guerra a Dios”. (Hch. 5,38-39)
Como la oración lo puede todo, recemos por la conversión de estas pobres almas, y para que a los miembros de la Obra les de el Señor fortaleza para seguir adelante.
Ángela. D. M.

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